A veces el ocaso nos empuja a la orríla de penumbras, a veces damos la selva a cambio de unas hojas secas, a veces sembramos alegrías y solo cultivamos penas.
A veces cuando ya apenas la luz del alba brilla transponiendo tristezas, simplemente damos paso al costado. o en ocasiones intrépidas, buscamos soluciones incorrectas.
En la vida nos prevalece el egocentrismo, con armadura de escombros, y en el alma como cicatrices de guerreros tenemos cuando soportamos el fuego de la hoguera.
Mas con todo esto aun hay esperanza, como en las viejas batallas que aprendimos a caernos y luego nos levantamos con esmero, sin embargo aunque la esperanza sea
impulsora, no siempre sera certera.
Pero mientras el sol siga saliendo, salgamos a luchar por lo que amamos sin siquiera pensar en detenernos.
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