No diría que me encanta mutilar mis sentimientos, pero negaría no si te dijese que soy un tonto al pensarte cada noche, y cada mañana, siendo que tú, cada noche y cada mañana vas borrando de ti una parte de mi que sembré con mucho empeño en tu alma..
Tu mirada, silenciosa, a veces tenebrosa, no logra salir de mi cabeza.
Tu llanto, que reclama mis sinceras palabras, se asemeja a un mar de tormenta.
Tu rostro tenue, bello pero sombrío, son para mi como aguijones de escorpiones incrustadas en mi piel, con veneno de olvido y sin cura permanente.
He leído, que la noche es para los que sueñan, y ahora entiendo porque ando siempre en desvelo,
ahora entiendo porque ya no tengo sueños, ni motivos para soñar. Mi motivo se ha ido y jamas regresara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario